En el capítulo de Halloween de Beverly Hills, 90210 que salió al aire el 31 de octubre de 1991, la Sra. Walsh ofrece pasas a los niños que piden dulces en su puerta. Para rematar la clara vergüenza de sus hijos, agrega que las pasas son los dulces de la madre naturaleza. Veinticinco años después, en nuestra sociedad consciente de la salud, es posible que dicho enfoque del Halloween no sea tan absurdo como hace un cuarto de siglo. Pero ¿es bueno para su familia?
El Halloween supone un juego complejo con nuestros valores e identidad. Por un lado, esta fiesta celebra la habilidad que uno tiene de disfrazarse, de fingir ser alguien más y de asociarse con un «otro yo» travieso. Al mismo tiempo, así como le enseñamos a nuestros hijos, uno siempre quiere mantener sus valores y límites incluso en las épocas más alegres y divertidas. Para muchos padres, el pedir dulces es la parte menos placentera del Halloween. Mientras que los padres trabajan duro para desarrollar hábitos de alimentación saludables en sus hijos y educarlos para que tomen decisiones informadas sobre los alimentos, viene esta noche en la que la sociedad alienta una anulación total de todos los esfuerzos y mensajes de los padres. Al mismo tiempo, muchos padres tienen gratos recuerdos de sus celebraciones de Halloween cuando eran niños y no quieren decepcionar a sus propios hijos, o solo no se sienten cómodos siendo aguafiestas. Y aun así, ¿tantos dulces y refrigerios dañinos en una noche?
Criar hijos significa que debemos ser flexibles. Así como planea ir a un viaje pero algo sucede y se encuentra enseñándole a sus hijos cómo adaptarse a los cambios, el Halloween no es un reto al que no se hayan tenido que enfrentar la mayoría de los padres. Probablemente haya hablado en el pasado con su hijo de que sus hábitos y preferencias como familia pueden ser distintos de los de sus amigos; es probable que les haya enseñado sobre la pirámide alimenticia y sobre la forma en la que los distintos alimentos afectan al cuerpo; y ya ha tenido que tomar decisiones que no les gustan a sus hijos.
Un posible enfoque al Halloween está compuesto de primero saber cuáles son sus límites: ¿cuántos dulces y caramelos cree usted que está bien que coma su hijo? Es posible que la respuesta cambie dependiendo de la edad de su hijo. En el caso de los niños más pequeños, proporcionar canastas más pequeñas, en las que quepan pocos dulces durante el Halloween y guardar algunos dulces para las siguientes semanas sería recomendable. En el caso de los niños más grandes, puede hablar con ellos sobre sus ideas y entendimiento sobre cómo manejar la dulce celebración. Sin embargo, es mejor tener una discusión centrada y clara sobre la noche específica y evitar tener largas clases educativas. Intente y deje que su hijo sugiera sus ideas primero sobre cómo manejar la fiesta y utilice esta discusión como una oportunidad para demostrar una resolución de problemas sana.
Cuando usted y su hijo tengan un claro entendimiento del enfoque del Halloween, ¡tome esta oportunidad externa para divertirse! Disfrácese, expanda sus límites del «personaje» y disfrute las partes que no están relacionadas con los alimentos de esta maravillosa celebración. Después de todo, ¿no se trata de eso el Halloween?
Shiri Sadeh-Sharvit, doctorado, es psicóloga e investigadora del Programa de Investigación de Trastornos de la Alimentación de la Universidad de Stanford. Sadeh-Sharvit ahora está reclutando madres con historias de trastornos de la alimentación cuyos hijos tienen entre 1 y 5 años para un nuevo estudio de programa de crianza. Invitamos a los padres interesados en este programa a contactarla en shiris@stanford.edu o al 650-497-4949 para obtener más información.
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