Los bebés prematuros se benefician de consumir leche materna, pero su probabilidad de recibirla depende en gran parte del hospital en donde pasan sus primeros días. Ahora, los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford y varias instituciones colaboradoras han ayudado a 11 hospitales de California a mejorar de manera significativa sus tasas de alimentación con leche materna para estos bebés.
«Había una diferencia de seis veces entre los sitios con los resultados más bajos comparados con los sitios de resultados más altos en California en las tasas de alimentación con leche materna a bebés prematuros», comentó el Dr. Paul Sharek, maestría en salud pública, director médico del Centro para la calidad y la efectividad clínica del Lucile Packard Children’s Hospital Stanford y autor principal de una nueva investigación publicada en línea el 5 de noviembre en Pediatría. «Ahí vimos una gran oportunidad».
Sharek también es el jefe de seguridad clínica del paciente de Packard Children’s y director de calidad de la California Perinatal Quality Care Collaborative, una organización ubicada en Stanford que da seguimiento al rendimiento de las unidades de cuidados intensivos neonatales de todo el estado y busca mejorarlas. Este equipo de investigación incluyó a expertos de varias instituciones de investigación de California. Ya que la unidad de cuidados intensivos neonatales de Packard Children’s ya incluía una de las tasas más elevadas de alimentación con leche materna al momento de la alta en California (el 84 por ciento), no participó en el estudio.
Establecer y mantener un suministro de leche materna para un bebé prematuro que es demasiado pequeño para que amamante de manera habitual es difícil, señaló Sharek. «Queremos que cada NICU dé apoyo de vanguardia a las mujeres que eligen dar leche materna a sus bebés en esta situación difícil», comentó.
Durante el estudio, los 11 hospitales que participaron aumentaron sus tasas de alimentación con leche materna al momento de la alta para bebés pequeños o prematuros de la NICU del 55 al 64 por ciento. Los hospitales también redujeron en dos terceras partes una gran complicación de la prematuridad —la enfermedad del intestino conocida como enterocolitis necrosante— del siete por ciento a alrededor del dos por ciento de todos los bebés en sus NICUS.
Cada hospital que participó inició el estudio con un paquete de información que detallaba las 10 mejores prácticas, que se basaban en evidencia científica, para alentar la lactancia en bebés que están en la NICU. Se apoyó a los equipos del hospital para que hicieran los cambios por medio del proceso estructurado que CPQCC ha utilizado para modificar las prácticas hospitalarias en el pasado.
Dos de los cambios importantes que hicieron los hospitales fueron aumentar el tiempo piel con piel de los bebés con sus mamás y mejorar la educación del personal de la NICU sobre la importancia de la lactancia y sobre cómo promoverla.
«Dar a las familia y al personal el conjunto de capacidades para apoyar la lactancia en bebés de muy poco peso al nacer cambia mucho las cosas», comentó Sharek. «Estos bebés son demasiado pequeños y la gente está lógicamente preocupada de que sean frágiles».
La recompensa asociada con una mayor lactancia en bebés prematuros tiene potencialmente efectos de largo alcance, comentó Sharek. «Estamos satisfechos con nuestra estrategia y los cambios que se hicieron en los hospitales que participaron, lo cual llevó a una mejora permanente para las mamás y los bebés».
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- Erin Digitale
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