¡Chu, chu! El tren del hospital genera sonrisas y recuerdos para los pacientes

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¿Cuál es el lugar más popular de Lucile Packard Children’s Hospital Stanford? No es la cafetería ni el patio interior cubierto de flores, es el tren del hospital: una atracción en el primer piso que atrae tanto a los jóvenes como a los jóvenes de corazón que contemplan maravillados el bonito tren pasar por una versión miniatura de una ciudad inspirada en la Bahía de Monterey.

Lleno de silbatos, bocinas, semáforos y muchos botones para apretar, este tren fue colocado en Lucile Packard Children’s Hospital en octubre del 2008 y reemplazó a un modelo más viejo que se estaba haciendo más «difícil mantener», comentó un voluntario local, Bob Herendeen, quien viene al hospital cada semana para darle mantenimiento general. Según Herendeen, el tren funciona los siete días de la semana, 10 horas al día, para los niños que están ansiosos por verlo. Un tren tan ocupado requiere que se lubrique su motor, se limpien las vías, la conducción, etc., de manera constante.

¿Listo para el siguiente mejor juguete del hospital? La transformación para los días festivos del juego, que incluirá dos trenes con temas navideños, cubrirá las salas de la ciudad inspirada en Monterey de luces e incluso creará un pasillo de tiendas boutique para las compras de temporada.

Klaressa Ortiz, mamá, recuerda esta atracción principal cuando era niña, ya que nació en el Lucile Packard Children’s Hospital. Ahora, su hijo de tres años, Lukas, disfruta de poner la nariz en contra de la ventana del amado tren y de observarlo viajar sobre las colinas y por los túneles.

«Me encanta que el tren dé un sentido de comodidad y seguridad, ya que los hospitales pueden ser aterradores para un niño. Verlo ahora de adulta me provoca nostalgia», comentó Ortiz.

Christine Cunningham, directora de la experiencia del paciente, está de acuerdo: «Ya sea que una familia esté esperando una cita y necesita una distracción amigable o esté caminando por ahí después de un procedimiento, todos en nuestro hospital saben que el tren ofrece una gran oportunidad para que los niños sean niños y hagan lo que mejor hacen: jugar».

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