Un día en la vida de: El carro del arte

«Algunos miembros del personal me dicen ‘Mary Poppins’ por el acento», se ríe Topsy Bauchop, una de las voluntarias favoritas de Packard Children’s. Pero en vez de una «bolsa sin fondo», Topsy tiene algo incluso más mágico: ¡El carro del arte! Gracias al generoso apoyo de la Stanford Federal Credit Union, los pacientes pueden disfrutar de una variedad de actividades artísticas y recibir atención individual en la comodidad de sus cuartos del hospital. Vea el vídeo aquí:

[Trascripción de video]

Topsy Bauchop, voluntaria: Me llamo Topsy. Como ya se habrán dado cuenta no soy oriunda de estos lares. Llegué de Inglaterra hace cinco años, y llevo casi desde entonces trabajando como voluntaria en el hospital infantil.

En las primeras semanas, me fue bastante difícil porque hay que ir a tocar puertas y no sabes a quién vas a conocer. Aquí hay niños muy enfermos y algunos muy felices, así que no sabes con que desafío te encontrarás cada vez que tocas una puerta.

Debra Monzack, especialista de Child Life: Es un excelente programa, y es muy especial para mí porque yo empecé el programa aquí. Me hace sentir muy satisfecha ver cómo se ha expandido por todo el hospital y lo mucho que le gusta a la gente. Las enfermeras preguntan, «¿Cuándo va a venir El carro del arte?», y los niños lo piden.

Tratamos de comprar materiales de mejor calidad, así que en verdad es algo especial para los niños cuando llega a cada cuarto. Además están los voluntarios que pueden pasar tiempo extra con los niños. Así que de verdad reciben atención individual de un voluntario.

Topsy Bauchop, Voluntaria: Creo que una de las [experiencias memorables] más recientes fue con un pequeño. No sabía mucho de él, entré y tenía la mano sobre la boca y dije «¿Estás sonriendo?», y como que soltó risitas. No le di mayor importancia, solo me pareció ser un pequeño muy risueño y feliz.

Pero más tarde me enteré de que no le sonreía a nadie más. Son experiencias como esta las que hacen que venir aquí me dé tanto gusto.