Trasplante inusual de corazón y pulmón permite a una niña de 12 años tener una segunda oportunidad de vida

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“Su hija no vivirá más de un año”.

Esas son las palabras que un padre nunca quisiera escuchar. Kathy y John Groebner debieron sobreponerse a estas palabras tan desalentadoras cuando un médico en Minnesota diagnosticó a su hija Katie Grace, ahora de 12 años, con hipertensión arterial pulmonar idiopática, “HPI”, cuando solo tenía cinco años. Sin embargo, la valiente niña amante de la natación y de los Jonas Brothers venció las probabilidades de ese diagnóstico y en junio recibió un raro trasplante de corazón y pulmón, gracias a la extraordinaria atención del Dr. Jeffrey Feinstein, y al equipo del Centro Cardiológico en el Lucile Packard Children’s Hospital Stanford.

El Dr. Feinstein es un experto en el tratamiento de HPI y otras formas de hipertensión pulmonar; la aflicción se caracteriza por una alta presión arterial en las arterias pulmonares.  Esto produce el daño de los vasos sanguíneos de los pulmones, y con el tiempo conduce a insuficiencia cardíaca. Katie Grace tenía muchos de los síntomas de la enfermedad. Antes de su diagnóstico en 2008 de vuelta en el centro de Estados Unidos, la vida de Katie se caracterizaba por la falta de la energía, dificultad para respirar, episodios de desmayos y diagnósticos incorrectos. Los padres de Grace comenzaron una búsqueda en todo el país para conseguirle la mejor atención médica a Katie.

“Estábamos realmente asustados porque no había certezas”, expresó Kathy. “Todo, incluidos los medicamentos y el tratamiento en ese punto, se hacía por ensayo y error”.

Luego de que mamá leyera acerca del liderazgo del Dr. Feinstein en el mundo de la hipertensión pulmonar, Kathy decidió llevar a Katie Grace al Lucile Packard Children’s Hospital Stanford.

Después de vender su hogar y casi todas sus posesiones, la familia cargó su remolque y condujo desde Mankato en Minnesota en 2008 para recibir tratamiento con el Dr.Feinstein. Se asentaron en Clayton, California y, asegurándose de que Katie Grace siguiera un estricto régimen, Kathy y John esperaban que todo saliera bien.

Rápidamente transcurrieron cinco años hasta 2013, y la salud de Katie Grace comenzó a empeorar. Su fatiga se tradujo en que ya no podía caminar durante tres minutos sin agotarse. Incluso reírse era demasiado difícil a causa de sus dificultades para respirar. Los médicos concluyeron que a pesar de toda la terapia médica, Katie Grace estaba empeorando y su única opción era el trasplante de corazón y pulmón.

Ahora, con un nuevo corazón y nuevo pulmón desde el 14 de junio cuando el Dr. Katsuhide Maeda realizó la cirugía del trasplante, Katie Grace recientemente alcanzó una de sus metas personales: nadar sin su traje seco. Dicho traje protegía un catéter intravenoso especial que le suministraba uno de los muchos medicamentos que se le habían prescrito.

“Katie Grace lo está haciendo muy bien luego de su trasplante y eso son noticias estupendas”, expresó el Dr. Feinstein. La neumólogo, Dra. Carol Conrad, quien monitorea las funciones del pulmón de Katie Grace está de acuerdo en que: “La función pulmonar de Katie Grace se encuentra en niveles normales, lo que indica que hasta ahora ella ha logrado una excelente recuperación”.

Kathy y John estarán por siempre agradecidos por el extraordinario regalo salvavidas de la donación de órganos, pero también por la extraordinaria atención que recibieron en el Lucile Packard Children’s Hospital Stanford:

“De no habernos mudado aquí, ella no habría sobrevivido los últimos seis años”, dice Kathy. “Este hospital salvó a mi hija. Tenemos la recompensa de que ella todavía está viva”.

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