El Dr. Seth Ammerman, director médico del Programa de servicios de salud médica móvil para el adolescente del Lucile Packard Children’s Hospital Stanford, ha recibido un prestigioso galardón de servicio al público por proporcionar servicios de atención médica integrales y gratuitos por medio de la Camioneta del adolescente.
El premio Jefferson del área de la Bahía se entrega a individuos destacados por sus logros de servicio público en las comunidades locales.
«Seth Ammerman es un héroe en la comunidad», comentó Steve Westly, quien nominó a Ammerman para recibir el premio. Westly es el socio director del The Westly Group y miembro del consejo de la Westly Foundation. «Es un excelente doctor que ha elegido dar servicio a personas de nuestra comunidad que de otra manera prácticamente no tendrían acceso a atención médica».
«Recibir el premio Jefferson es un verdadero honor», comentó Ammerman, profesor clínico de pediatría en la Escuela de Medicina de Stanford. «Lo que es más emocionante sobre este reconocimiento es que destaca la Camioneta del adolescente. Necesitamos más programas como este porque la necesidad es muy grande».
Ammerman y su equipo de atención médica —formado por una enfermera especializada, un dietista titulado y un trabajador social— viajan a diferentes escuelas y centros comunitarios desde San Francisco hasta San Jose según un calendario regular. El programa móvil trata a jóvenes entre 10 y 25 años que tienen un rango de necesidades de atención médica no satisfechas, inclusive atención médica básica, problemas de reproducción, problemas de la piel, ansiedad y depresión y problemas de nutrición. El equipo también ofrece pruebas de VIH y asesoría, asesoría sobre drogadicción y tratamiento.
El programa, fundado por Ammerman en 1996, y otras agencias comunitarias que atienden a la población en riesgo están cambiando las cosas. Según Ammerman, dos tercios de los niños sin hogar que ven pueden dejar de vivir en la calle e ir a una vivienda y el 70 por ciento de los niños regresan a la camioneta para visitas de control. «Eso es porque a menudo tienen necesidades de atención médica insatisfechas», comentó Ammerman, «y no podemos satisfacer todas esas necesidades solo en una o dos visitas».
«Muchos de los estudiantes que vemos en la Camioneta del adolescente han vivido con muchos desafíos y angustias, en un entorno en donde la confianza no se gana fácilmente, pero el comportamiento amigable y amable del Dr. Ammerman hace que los alumnos se sientan a gusto y logra entablar una conversación con ellos de inmediato», comenta Perla Pasallo, asistente de la dirección de Los Altos High School, uno de los sitios asociados del programa. «Puedo dar fe de la importancia del trabajo del Dr. Ammerman y de lo mucho que ha significado para nuestros alumnos».