Stanford Medicine Children’s Health y Lucile Packard Children’s Hospital Stanford se han asociado en una colaboración médico-legal para tener un efecto positivo en la vida de más de 3000 familias
de Dra. Dana Weintraub
Desde junio del 2004, abogados de la Legal Aid Society del Condado de San Mateo se han asociado con proveedores de atención médica para atender a casi 3000 familias necesitadas en la región, lo cual enorgullece a todos en Stanford Medicine Children’s Health.
Todo es gracias al Programa de Defensa Familiar de la Península (FAP), una asociación médico-legal entre Legal Aid Society del Condado de San Mateo, Stanford Medicine Children’s Health, Gardner-Packard Children’s Health Center, Ravenswood Family Health Center y San Mateo Medical Center. La FAP fue una de las primeras asociaciones médico-legales en la costa occidental y ahora es una de las más de 200 asociaciones médico-legales en todo Estados Unidos.
Como se destacó recientemente en el artículo del New York Times, «Cuando la pobreza provoca la enfermedad, un abogado puede ser la cura», las asociaciones médico-legales son un modelo innovador de colaboración para abordar los determinantes sociales de la salud. Como lo expresa el National Center for Medical-Legal Partnership, «una de cada seis personas necesita asistencia legal para estar sana».
El Dr. Lee Sanders, codirector médico de la FAP y jefe de la División de Pediatría General, señala la importancia de este movimiento. «Los determinantes principales de la salud no son médicos, sino sociales: exposiciones medioambientales, apoyo social, estrés tóxico, enseñanza preescolar y otros recursos comunitarios. De hecho, las investigaciones sugieren que la manera más efectiva de mejorar la salud del adulto puede ser abordar estos determinantes durante la primera infancia».
Las asociaciones médico-legales ayudan a los doctores a identificar los problemas sociales y legales que exacerban la mala salud o la provocan. Los abogados de FAP han capacitado a cientos de proveedores de atención médica para que tengan un entendimiento básico de cuestiones jurídicas que afectan la salud de los niños, lo que les permite identificar a las familias que de otra manera nunca hubieran tenido acceso a asistencia legal, y remitirlas a la misma.
El poder del programa es enorme. Cuando una bebé de diez meses fue remitido a FAP por un asma mal controlada, su afección se vio perjudicada por condiciones precarias de vivienda. Como resultado, la bebé había visitado la sala de urgencias dos veces el último mes y había sido recientemente hospitalizada. La familia vivía en un departamento infestado de cucarachas con alfombras sucias y moho.
Juntos, un abogado del Programa de Defensa Familiar de la Península y el pediatra de la familia, escribieron una carta al arrendador explicando las infracciones de habitabilidad, su efecto en la salud de la bebé, las normas de vivienda precisas que contravenía el arrendador y solicitando que hiciera las reparaciones correspondientes. Después de recibir la carta, el arrendador contrató a un exterminador, colocó paneles de tablaroca y cambió la alfombra vieja a linóleo. Seis meses después de la intervención de la FAP, la bebé estaba respirando tranquilamente y no tuvo que volver a ir a la sala de urgencias.
Además de brindar servicios a las familias de los pacientes, la FAP ha encabezado el establecimiento de la Medical-Legal Bay Area Regional Coalition, que asocia a proveedores de atención médica desde Gilroy hasta Napa Valley. La FAP también da un curso multidisciplinario tanto en la Escuela de Derecho como en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford que reúne a proveedores de atención médica y abogados futuros para que colaboren al inicio de sus carreras. Las tres asociaciones fueron fundadas por ex alumnos. Más recientemente, la Dra. Jennifer Newberry, codirectora médica de la FAP y doctora del departamento de urgencias de Stanford, estableció una asociación médico-legal en el departamento de urgencias. Sabrina Adler y Jessa Barnard, graduadas de la Escuela de Derecho de Stanford en el 2008, ayudaron a crear asociaciones con el Clara Valley Medical Center.
Al reflexionar sobre la primera década que tuvo tanto éxito, es obvio que al trabajar juntos, los proveedores de atención médica y los abogados puede defender mejor a los niños y mantener a las familias sanas. Conocemos a 3000 familias que darán fe de esto.
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