Al igual que el nacimiento, la lactancia es natural pero muchas veces presenta un gran reto. Para algunas mamás, es muy fácil: su bebé se prende y la leche fluye con facilidad. Para otras, después de grandes esfuerzos la mamá y el bebé superan los obstáculos para que el bebé se prenda, la leche se produzca, el bebé suba de peso y la mamá pueda descansar. Pero ¿qué podría motivar a la mamá a invertir en el esfuerzo de amamantar y cómo puede ofrecerle apoyo el hospital donde dio a luz?
Un estudio del 2012 publicado en Pediatrics reveló que, del más del 85 por ciento de las mujeres a nivel nacional que querían solamente amamantar a sus bebés por tres meses, solo el 32 por ciento logró sus metas de amamantamiento. En California, casi el 92 por ciento de las mujeres empiezan a amamantar a su bebé mientras están en el hospital, pero ese porcentaje se reduce y solo el 60 por ciento de las mujeres amamantan poco antes de irse a su casa.
Durante los primeros días de la vida de un bebé, el amamantamiento exclusivo ayuda a establecer la producción de leche que se necesita para continuar con el mismo. Los hospitales están especialmente capacitados para proporcionar el apoyo que puede ayudar a las madres y a los bebés a tener un buen comienzo. La atención que una madre y su bebé reciben de los doctores y las enfermeras puede cambiar mucho las cosas. Al mismo tiempo, cuando las madres no pueden amamantar o, por alguna razón, deciden no hacerlo, la misma atención de maternidad destacada les puede ayudar a crear un vínculo con sus recién nacidos y a apoyarlos para lograr los mejores niveles de salud de su bebé.
En Packard Children’s, el apoyo para el amamantamiento empieza mucho antes del primer amamantamiento, con clases que ayudan a la mamá a prepararse. También damos tiempo para que las mamás establezcan un fuerte lazo con su bebé durante la primera hora después del parto, lo que también puede respaldar el éxito del amamantamiento. Durante esta hora, las madres pueden incluir en su plan de parto su deseo de sostener a su bebé piel con piel inmediatamente después del parto (lo que también se conoce como «atención canguro»). Cuando lo permite la salud de la mamá y la del bebé, posponer el protocolo normal del baño, peso y análisis, permite al bebé compartir tiempo piel con piel.
«Durante este tiempo, los bebés experimentan nueve etapas instintivas: el llanto del nacimiento, la relajación, el despertar, la actividad, el descansar, el moverse para acercarse al busto-familiarización, amamantamiento y sueño», comenta la Dra. Susan Crowe, obstetra y directora de los servicios de medicina ambulatoria de amamantamiento en Packard Children’s y profesora clínica asistente de obstetricia y ginecología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford. «Para una madre que desea amamantar, el promover el tiempo piel con piel es una forma de ayudarle a lograr su meta».
Dependiendo del plan de parto y las necesidades médicas de cada mamá, el tiempo piel con piel ofrece beneficios, ya sea que haya sido un parto vaginal o por cesárea, ya sea que suceda en la primera hora o cuando la mamá esté médicamente lista, y sin importar si está amamantando o no. El tiempo piel con piel en la primera hora ayuda a regular la temperatura, la frecuencia cardíaca y la respiración del bebé, y le ayuda a llorar menos. Un estudio publicado en el 2012 sobre Neonatología reveló que el 95 por ciento de las madres que pasaban tiempo piel con piel solo estaban amamantando 48 horas después del parto y el 90 por ciento seguía solo amamantando seis semanas después.
Los bebés y las mamás con necesidades médicas especiales también se benefician del tiempo piel con piel cuando es posible médicamente. Entretanto (y después), la pareja de la mamá puede proporcionar tiempo piel con piel con el bebé, lo que puede ayudar a mantener al bebé caliente y proporcionar tiempo de creación de vínculos afectivos.
Desde su inauguración en 1991, Packard Children’s sigue proporcionando consultores de lactancia certificados por el consejo a nivel internacional cuyos servicios están disponibles los 365 días del año para apoyar a las madres y a los bebés lactantes tanto en Packard Children’s como en los hospitales de Stanford.
Cuando se tiene un buen comienzo amamantando, todos los beneficios —tanto para la mamá como para el bebé— surten efecto. La leche materna a menudo se describe como la «primera inmunización del bebé» y con justa razón: estudios múltiples han revelado una amplia gama de beneficios para la salud de los bebés que amamantan. Es posible que la mamá también experimente beneficios como menos sangrado después del parto, volver más rápido al peso antes del embarazo, un retraso en la reaparición de las menstruaciones y un ahorro de aproximadamente $1500 dólares al año comparado con el costo de la fórmula.
En Packard Children’s, apoyamos encarecidamente el amamantamiento como el método óptimo de nutrición para los recién nacidos. Sin embargo, existen circunstancias en las cuales el amamantamiento no se inicia o mantiene con éxito. Juntos, una madre y su médico pueden analizar con cuidado todos los problemas y las necesidades únicas de la familia para tomar una decisión definitiva con respecto a si el amamantamiento es la mejor opción para ella y para su bebé.
Nuestros doctores y enfermeras altamente capacitados ayudan a dar apoyo a las mamás para solo amamantar hasta que estén listas para salir del hospital, al establecer una base sólida para las siguientes semanas y meses. En Packard Children’s, queremos que todas nuestras familias experimenten la más alta calidad de atención materna y apoyarlas en sus metas de lactancia.
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- Julie Greicius
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