Las familias que tuvieron una cirugía de corazón por defectos congénitos que les salvó la vida en el Lucile Packard Children’s Hospital tienen un lazo sincero y comparten una experiencia común, que hizo que la 13a Fiesta anual del Día de Sensibilización de la Cardiopatía Congénita celebrada el 10 de febrero fuera aún más especial. Celebrada en el Lucie Stern Community Center –que fue engalanado con corazones color rosa y rojo en honor de la ocasión– la fiesta fue dedicada a la Semana de Sensibilización de la Cardiopatía Congénita, un esfuerzo global del 7 al 14 de febrero, para ayudar a educar al público sobre los defectos cardíacos congénitos. Y ya que la semana termina con el Día de San Valentín, la festividad del amor toma un nuevo significado para los pacientes del Centro de cardiología de Packard Children’s, calificado anualmente como uno de los 10 principales de la nación.
Elizabeth Lewis, de siete años, estuvo entre las docenas de niños y familias que disfrutaron de pinturas de la cara, comida, juegos y manualidades. Y aunque ahora puede disfrutar de bailar ballet con su tutú y jugar a batear la pelota, los primeros años de su corta vida estuvieron caracterizados por las tres cirugías de corazón seguidas dirigidas por el Dr. Frank Hanley, cirujano cardiotorácico reconocido a nivel mundial. Hanley reparó los múltiples defectos cardíacos que incluían aorta y arteria pulmonar transpuestas, falta de algunas arterias coronarias y crecimiento extra del músculo cardíaco en el ventrículo derecho. En la fiesta, su mamá Kathy Lewis llamó la experiencia quirúrgica de Hanley «rondas de magia».
«Nunca nos mudaríamos porque Packard Children’s es el lugar en el que tenemos que estar», comentó Lewis sobre la necesidad de siempre estar cerca del Centro de Cardiología Infantil.
Aproximadamente 500 niños son sometidos a cirugías para corregir defectos cardíacos congénitos en Packard Children’s cada año, donde reciben tratamiento y atención innovadoras que les permite llevar vidas divertidas y sanas, libres de la causa principal de muertes relacionadas con defectos del nacimiento en el mundo.
«Estas familias a menudo pueden sentirse como si estuvieran solas», explica Deb Hanisch, enfermera pediátrica profesional en el Centro de Cardiología y principal organizadora del evento. «Es beneficioso para ellos poder conocerse y compartir sus experiencias».
Para estos niños y familias, cada día es un día que vale la pena celebrar.
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- Stanford Medicine Children's Health
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