Cuando se ignoró la complicación del embarazo que ponía en peligro la vida del personaje Lady Sybil Crawley del programa de televisión «Downton Abbey» en un capítulo reciente, el Dr. Maurice Druzin, obstetra de la vida real, volteó a ver a su esposa y le dijo «Vamos a tener una verdadera tragedia aquí».
Druzin, jefe de servicio de obstetricia y ginecología del Lucile Packard Children’s Hospital, tenía la razón. Lady Sybil no tuvo la cesárea urgente que necesitaba. Poco después de dar a luz a su bebé, presentó convulsiones y murió. Su afección, eclampsia –en la que la presión arterial de una madre embarazada, en trabajo de parto o que recientemente haya dado a luz, pasa a convulsiones mortales– era una causa trágicamente frecuente de muertes maternas en el mundo de la década de 1920 que representa el famoso programa de televisión.
La mañana siguiente a la transmisión del capítulo de «Downton Abby», una mujer que estaba en trabajo de parto en el Packard Children’s sufrió una convulsión eclámptica inesperada y repentina. El equipo que cuidaba de ella en el Centro Johnson para servicios de embarazo y recién nacidos del hospital sabía que tenía que actuar de inmediato. Aunque la eclampsia es en la actualidad mucho menos común que en la época de Lady Sybil, aun así puede provocar la muerte. Reconocer y tratar rápidamente un problema es esencial para salvar tanto la vida de la mamá como la del bebé.
«La eclampsia y su precursora, la preeclampsia, pueden surgir de la nada», comentó el Dr. Scott Oesterling, médico tratante en este parto. «Puede ser aterrador para la paciente y para los proveedores».Afortunadamente, el tratamiento de la eclampsia ha avanzado mucho desde la década de 1920 y el equipo de obstetricia de alto riesgo de Packard Children’s está a la vanguardia de esas mejoras. Druzin se encuentra entre los líderes del campo, al participar recientemente en dos comités de expertos que hicieron recomendaciones al American College of Obstetrics and Gynecology y también al Departamento de Salud Pública de California sobre cómo diagnosticar y tratar el problema. Las nuevas recomendaciones se publicarán pronto.
Gracias a la atención prenatal regular, ahora es poco común que una mujer embarazada desarrolle preeclampsia completa, señaló Druzin; normalmente la preeclampsia se detecta en una etapa en la que la alta presión arterial advierte que algo está mal. Del seis al 12 por ciento de las mujeres padecen de alta presión arterial en las últimas semanas del embarazo y un número más pequeño tiene problemas antes.
Para los casos poco comunes en los que sí hay eclampsia, todo el equipo de Packard Children’s tiene un plan concreto para actuar rápidamente. Con el programa de capacitación del hospital basado en la simulación, en el que equipos médicos completos ensayan emergencias con muñecos médicos realistas, practican y evalúan regularmente los pasos que se necesitan para tratar la eclampsia con éxito. Ya que Packard Children’s solo ve alrededor de tres pacientes al año con eclampsia, las simulaciones son una parte esencial de mantener las habilidades del equipo de atención, según el Dr. Kay Daniels, colega de Druzin, quien es codirector del programa de simulación. También han montado una «caja de preeclampisa», una idea que Druzin adaptó de un colega que trata la afección en países en desarrollo, en donde es bastante más común. La caja contiene todas los medicamentos que se necesitan para tratar al paciente, para no perder tiempo en localizar los medicamentos cuando se necesitan.
El 28 de enero, los preparativos y la práctica rindieron sus frutos. Unos minutos después de que la convulsión de la paciente Veronica De la Cruz sucediera, ya había recibido medicamentos para evitar que tuviera más convulsiones y para bajarle la presión arterial.
«Una de las cosas que me encantan de trabajar en Packard es que Packard funciona», comentó Oesterling. «El equipo que había practicado ya estaba listo para esta complicación poco común pero conocida de un trabajo de parto sano».
Poco después, De La Cruz recibió la intervención más importante para la eclampsia: nació su bebé. Aunque el bebé Aiden nació cuatro semanas antes de la flecha prevista, fue un bebé sano. Mamá y bebé están ahora en casa y se encuentran bien.
«Recuerdo que durante la cesárea mi mamá me decía que no me durmiera, que no me quedara dormida y después escuché el llanto del bebé», comento De La Cruz, hablando por medio de un intérprete. «Ahí fue cuando me desperté por completo».
De La Cruz estaba contenta de estar en Packard Children’s. «Los doctores saben lo que están haciendo, y te cuidan muy bien en el hospital», comentó.
Incluso con buena atención prenatal, como la que recibió De La Cruz, pocos pacientes siguen desarrollando convulsiones eclámpticas, aunque el problema es más común entre mujeres que no reciben atención prenatal, señaló Druzin. «La preeclampsia puede evolucionar de manera impredecible en eclampsia grave, en tus narices», comentó, y agregó que las convulsiones pueden ocurrir antes, durante o después del trabajo de parto. Un informe del 2011 del Departamento de Salud Pública de California indicó que el 17 por ciento de las muertes maternas del estado estaban relacionadas con la preeclampsia y la eclampsia, y los expertos determinaron que casi la mitad de esas muertes, un número que Druzin quiere reducir, pudieron haber sido prevenibles.
Como parte de ese esfuerzo, quiere educar a mujeres embarazadas sobre signos de advertencia de preeclampsia, que incluyen alta presión arterial, hinchazón en las extremidades inferiores, dolores de cabeza, visión borrosa o sensibilidad a la luz, náuseas, dolor en la parte superior del abdomen y confusión mental. Si presentan esos síntomas, las mujeres embarazadas deberían alertar a sus cuidadores de inmediato.
Druzin también está guiando los esfuerzos para equipar a todos los hospitales de California para salvar las vidas de mamás y bebés cuando se enfrenten a un caso como el de De La Cruz. Es el copresidente de un grupo de trabajo estatal que desarrolla una guía práctica para cuidadores que diagnostican y manejan la preeclampsia. «Los últimos conceptos sobre la enfermedad determinaron esta guía, que se distribuirá en cada hospital en el estado que tenga pacientes obstétricos», comentó Druzin. «La buena noticia es que con una estrategia de tratamiento moderna, la mayoría de las mujeres y sus bebés pueden tener resultados seguros y sanos».