El 9 de enero Shelby Scott, una niña de 9 años, apasionada jugadora de fútbol del equipo Almaden, de California, estaba quedándose sin aliento. Tenía poca energía, había perdido peso y frecuentemente tenía sed, síntomas clásicos de la diabetes. Cuando su pediatra descubrió que sus niveles de glucosa en la sangre estaban por las nubes, llamó de inmediato al servicio de endocrinología pediátrica en el Lucile Packard Children’s Hospital en Stanford y les dijo que la niña estaba en camino.
Shelby y su mamá, Lisa Scott, fueron recibidas en el Packard Children’s Hospital por el endocrinólogo pediátrico, el Dr. Daniel DeSalvo, que le diagnosticó diabetes tipo 1 a Shelby. Al explicarles las ramificaciones de la enfermedad a Shelby y a su familia, DeSalvo también les dijo que él sabía de una persona que Shelby realmente tenía que conocer, otra Shelby, que también tenía diabetes tipo 1, le gustaba jugar al fútbol y había venido al Packard Children’s para recibir atención médica.
Se trataba de Shelby Payne, una joven de 20 años de edad, delantera del equipo de fútbol femenino de Stanford. Payne dijo que antes del diagnóstico de diabetes tipo 1 el día de Navidad de 2004 no tenía idea de qué era la diabetes. Pero se enteró.
“Puede ser duro de sobrellevar y realmente frustrante alguna veces, pero es algo que se puede controlar”, dijo Payne, quien ha asumido la enfermedad como un desafío. Ella se especializa en biología, planea ir a la escuela de medicina el próximo año y está considerando seriamente convertirse en endocrinólogo pediátrico, en parte motivada por el deseo de entender más sobre la diabetes.
Las dos Shelbys se conocieron y Payne terminó hablando con la pequeña Shelby y su hermana por un par de horas, compartiendo su postura positiva sobre cómo lidiar con la enfermedad, mostrándoles la bomba de insulina que usa en lugar de aplicarse inyecciones ella misma y compartiendo consejos sobre cómo logra entrenar para el fútbol con diabetes.
Puede ser aterrador, enfrentar toda una vida de agujas y bombas, sabiendo que siempre tendrás que prestarle atención a tu diabetes. Sin embargo, después de hablar con Shelby Payne, la joven Shelby, ahora de 10 años, dijo: “He comenzado a pensar desde entonces que la diabetes no debería limitar a nadie”.
“Ella nunca se ha quejado de la diabetes”, dice su madre, Lisa. “Cuando empezamos primero a hacerle los exámenes de sangre y a aplicarle las inyecciones, eso duró más o menos un mes. Posteriormente, siempre decía: “No, mejor lo hago yo misma”.
Desde su reunión inicial, los Scotts han recibido a Shelby Payne y a su hermana gemela, Sidney, también delantera en el equipo de fútbol femenino de Stanford, en su casa para almorzar. En esa oportunidad fue cuando las Paynes conocieron a la hermana de Shelby Scott, mayor por dos años, quien casualmente también se llama Sidney, y quien desde luego también juega fútbol. Ninguna de las dos Sydneys sufre de diabetes. Las niñas Scott se han convertido en fanáticas del equipo de Stanford y cuando Shelby Scott tuvo la oportunidad de escoger un nuevo número en el equipo, DeAnza Force, optó por el número 6, el mismo número que usaba Shelby Payne. La joven Shelby también decidió que ella quería asistir a Stanford y jugar para el equipo femenino de fútbol.
Shelby Scott, sus padres y las hermanas Payne se unieron a TrialNet, una colaboración internacional de instituciones, incluido el Packard Children’s Hospital y al Stanford, que lleva a cabo ensayos clínicos que estudian el desarrollo de la diabetes tipo 1 en las familias, su prevención y tratamiento a tiempo.
“Creo que tener un modelo a quien seguir, alguien con diabetes tipo 1 que realmente ha tenido éxito en la vida, en los deportes y en los estudios, realmente ofreció a Shelby Scott algo de tranquilidad con respecto a su enfermedad y le ayudó a realmente aprender a controlar su diabetes», expresó DeSalvo.
Esa inspiración es recíproca, de acuerdo con Shelby Payne.
“Creo que la pequeña Shelby tiene una gran actitud para sobrellevar su enfermedad”, dijo ella. “Cuando veo a una pequeña que logra todo lo que quiere hacer, trabajando duro, jugando fútbol, todos los días, esa actitud es contagiosa. Ella es mi inspiración”.
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- Kelly Frank
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