La reciente Fiesta de graduación de la NICU fue una actividad especial para niños como Joshua Wilson de 18 meses, cuya madre tuvo que ser transportada por vía aérea a Packard Children’s para que Joshua pudiera nacer dos meses antes de tiempo, con un peso de apenas 3 libras y 7 onzas. Aunque iba muy feliz empujando su propia carriola en la fiesta y disfrutando de las festividades del día —que incluían gracias de Violeta la payasa, pintarse las uñas, un zoológico para acariciar animales y burbujas a montones— nadie adivinaría que el fuerte niño fue prematuro y tuvo que superar múltiples cirugías para reparar una malformación del intestino diagnosticada antes de que naciera.
«Estuve destrozada la mayor parte del tiempo, pero mi enfermera me ayudó a no perder la cordura», comentó Kelly sobre su experiencia en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales y de la enfermera de cabecera Rene Tillotson. «Lucile Packard Children’s Hospital es el mejor».
Tanto los padres como el personal compartían sentimientos de agradecimiento. La enfermera Roberta Harryman, copresidenta y gurú de la Fiesta de graduación, junto con la enfermera Barbara Boyington, han estado cuidando de los pacientes de la NICU por más de 30 años y nunca dejan de sentirse conmovidas al ver a una multitud de niños felices. «Para mí es tan gratificante venir a esta fiesta cada otoño y ver a tantos niños que cuidé, que han crecido y que alegran la vida a sus padres y al mundo», comenta Harryman. «En verdad es un día extraordinario».
La lista de invitados para la fiesta, que este año se celebró el 15 de septiembre, tiene personas de todas las edades, desde bebés que acaban de salir de la NICU hasta bebés que estuvieron ahí que ahora son adultos y tienen sus propios bebés.
«Es una tarde de agradecimiento tanto para el personal como para las familias», comenta Harryman de la reciente trigésimo primera reunión. «Ves a familias de todas partes congeniar entre ellas».
«Es una reunión que significa mucho para todos», comentó el Dr. William Benitz, jefe de neonatología y líder de un equipo de neonatología calificado como uno de los 10 principales en Estados Unidos por proporcionar atención de clase mundial a aproximadamente 1200 bebés prematuros de los más de 4500 bebés que nacen en Packard Children’s cada año.
«La montaña rusa emocional que soportaron estas familias los primeros días y semanas de la vida de su hijo puede ser abrumadora», agregó Benitz, que también es profesor de pediatría en la Escuela de Medicina de Stanford. «Pero estar con otras personas que han pasado por lo mismo crea un lazo que los conectará para siempre».