
Un gran estudio que comparó dos tratamientos para la anorexia nervosa ofrece un mensaje de esperanza a los padres de adolescentes afectados por el trastorno alimenticio: las familias pueden trabajar con su terapeuta para ayudarle a sus hijos a recuperarse.
El estudio, que aparece hoy en JAMA Psychiatry , dirigido por el Dr. Stewart Agras, fue el primer ensayo clínico aleatorio que comparó dos formas de tratamiento basado en la familia para la anorexia. El estudio incluyó a 167 pacientes con anorexia, entre 12 y 18 años de edad, en seis centros médicos en Estados Unidos y Canadá.
En ambos tratamientos probados, un terapeuta capacitado se reunió de manera regular con el paciente y por lo menos con un miembro de su familia. Un tipo de terapia se centró en enseñarle a los padres cómo hacer que sus hijos comieran de nuevo en casa, un método que Agras y el experto en trastornos alimenticios de Stanford, el Dr. James Lock, doctorado, han investigado a fondo en el pasado. El otro enfoque fue más amplio: el terapeuta y la familia exploraron los problemas en la dinámica familiar y buscaron una manera de resolverlos. Los pacientes y las familias en ambos grupos de tratamiento recibieron 16 sesiones de una hora de terapia en nueve meses y, al final de la terapia y un año más tarde, se evaluó la recuperación del paciente.
Ambas terapias fueron igualmente efectivas a largo plazo, pero la terapia que se centró en la alimentación fue más rápida y los pacientes de ese grupo estuvieron hospitalizados menos tiempo durante su tratamiento, que también provocó que este método fuera menos caro. Los hallazgos contribuyen a una lista creciente de estudios científicos que están cambiando la manera en la que los médicos piensan en las familias de los pacientes con trastornos de la alimentación, como lo explica nuestro comunicado de prensa:
«Durante mucho tiempo, las personas culpaban a las familias por provocar anorexia y creían que tenían que ser excluidas del tratamiento», comentó Lock. «Pero este estudio sugiere que, no importa cómo participen, las familias pueden ser útiles y ese tratamiento más centrado en la familia funciona más rápido y de manera más rentable para la mayoría de los pacientes». Lock dirige el Programa integral de trastornos alimenticios del Lucile Packard Children’s Hospital Stanford.
La necesidad de tener buenos tratamientos para la anorexia en los adolescentes está reforzada por investigaciones anteriores que demuestran que la enfermedad es más difícil de tratar en la edad adulta, como lo señaló Agras:
«Entre más tiempo siga la anorexia, más difícil es tratarla». «Un gran número de personas llevan vidas crónicamente restringidas debido a esta enfermedad —planean sus días con base en comer poco y hacer demasiado ejercicio— y muchas mueren. La idea es tratar el trastorno en la adolescencia para evitar que más adultos se vuelvan anoréxicos».
Lock es el coautor del libro «Ayude a su adolescente a vencer un trastorno alimenticio», que está diseñado para ayudar a los padres a hacer el tratamiento basado en la alimentación que se analizó en este estudio. Locks y Agras han contribuido en libros de texto y manuales sobre el tratamiento de trastornos alimenticios para profesionales de la salud.
Vía Scope
Foto de Santiago Alvarez
Descubra más sobre nuestro Programa integral de trastornos alimenticios o llame al (650) 694-0600.
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- Erin Digitale
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