En abril, Estados Unidos celebra con orgullo el mes nacional de donar vida.
A menudo se le llama a la donación de órganos el regalo de vida por excelencia. Así fue especialmente el 10 y el 11 de marzo del 2016. En esa ocasión, seis órganos de donantes difuntos le salvaron la vida a cuatro pacientes con una serie de trasplantes en el Lucile Packard Children’s Hospital Stanford.
Un trasplante de corazón-riñón. Un trasplante doble de pulmón. Un trasplante de hígado. Un trasplante de riñón.
Fue una serie increíble de cirugías que fueron posibles gracias a una familia que, durante unos momentos de imposible dolor, tomó la decisión de donar los órganos de su hijo.
«Antes de que se enfermara mi hija, nunca esperé que la vida de mi familia pudiera ser conmovida de esta manera», comentó Chrissi Sulunga de Hawái, mamá de Sina Sulunga-Kahaialii, de 14 años de edad, quien recibió un trasplante de riñón muy necesario debido a una insuficiencia renal crónica. «Siempre estaremos llenos de gratitud a la donación de órganos».
Es una gratitud que sienten familias en todo el país. La organización Donate Life America informa que anualmente más de 8500 donantes difuntos hacen posible que se realicen 24 000 trasplantes de órganos adultos y pediátricos. Además, hay casi 6000 trasplantes de donantes vivos. Aún así, durante abril, el mes nacional de donar vida, y cada día del año, es importante recordar que más de 123 000 hombres, mujeres y niños actualmente necesitan trasplantes de órganos para salvarles la vida.
Aunque los equipos de trasplantes del Packard Children’s y el Centro de cirugía familiar Ford definitivamente estuvieron ocupados estos dos días y noches, es algo a lo que están acostumbrados. Una vez establecieron un récord con cinco trasplantes en 24 horas, y la Organ Procurement and Transplantation Network (Red de trasplantes y obtención de órganos) ha indicado que el volumen de trasplantes de órganos pediátricos de Packard Children’s ha sido la número 1 o ha empatado en el número 1 en EE. UU. en cuatro de los últimos cinco años.
En estos dos días llenos de acción en marzo, el equipo de trasplante de corazón-riñón estuvo dirigido por el Dr. Olaf Reinhartz, y el Dr. Waldo Concepcion; el equipo de trasplante doble de pulmón por el Dr. Katsuhide Maeda; el de trasplante de riñón por la Dra. Amy Gallo y el Dr. Marc Melcher; y el de trasplante de riñón de Sina por Gallo y Concepcion. Los cirujanos, los doctores y los equipos de atención informan que en la actualidad cada uno de esos pacientes se está recuperando bien.
«Orquestrar estas cirugías toma mucha planeación rápida y trabajo en equipo de toda la organización», comentó el Dr. Carlos Esquivel, doctorado quien dirige la división de trasplantes. «Tenemos una experiencia fenomenal en Stanford con trasplantes de un órgano o de varios. Desde la etapa preoperatoria hasta la cirugía y el periodo posquirúrgico crítico, nuestras capacidades de trasplante son las mejores en el país. Y también tenemos un gran programa que ayuda a las familias de los pacientes a vivir y gestionar un trasplante durante los años posteriores».
Esquivel y todos en Packard Children’s Hospital y Stanford Medicine Children’s Health rinden homenaje a la donación de órganos y al regalo de la vida durante abril. Pero tal vez el mejor homenaje viene de una mamá muy agradecida.
«Ahora, mi hija va a estar bien», comentó Chrissi, una gran promotora de la donación de órganos. «Estoy muy, muy agradecida. La donación de órganos en verdad salva vidas».
Descubra más
*Regístrese para ser un donante de órganos en https://register.donatelifecalifornia.org/register.
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