Artículo de Yahoo Parenting, escrito por Rachel Grumman Bener, publicado el 10 de abril del 2015
No hay nada más lindo que un bebé con pecas, pero alguna vez se ha preguntado ¿por qué es tan poco común ver a un bebé con pecas?
Las pecas son un fenómeno que ocurre cuando personas predispuestas genéticamente (a menudo aquellos de tez blanca, pelirrojos y ojos claros) se exponen a rayos UV a lo largo del tiempo, según la Dra. Joyce Teng, directora de dermatología pediátrica del Lucile Packard Children’s Hospital Stanford. La edad promedio a la que los niños desarrollan pecas es entre los dos y los cuatro años. «Conforme los niños crecen, empiezan a caminar [solos], a hacer más actividades en el exterior y naturalmente a estar más expuestos a la luz del sol», le dice Teng a Yahoo Parenting. Esto puede causar algunas pecas, particularmente en la cara de los niños. Aunque las pecas son lindas, lamentablemente son una señal de alarma de daño por el sol.
Eso no quiere decir que cada peca está a punto de convertirse en cáncer de piel. «Pero las pecas son un buen indicador de lo sensible que es la piel a la exposición solar y de si uno corre un mayor riesgo», comenta Teng.
Aunque no se entiende en su totalidad el por qué, casi nunca vemos bebés con pecas, echar un vistazo a cómo se crean las pecas puede darnos una idea: los melanocitos son células que producen el pigmento de la piel, inclusive las pecas. «Conforme los niños crecen, el aumento en la exposición solar provoca que el cuerpo genere más melanocitos, que trabajan más duro para producir pigmento para proteger [a la piel, lo que resulta en que a algunas personas les salgan pecas],” explica Teng. «Es posible que estas células no estén lo suficientemente maduras aún [para producir pecas] en los bebés”.
Teng también agrega que los melanocitos solo ocurren en la capa basal de la piel, que es la capa más profunda de la epidermis (la capa exterior de la piel). Así que el sol no provoca de manera instantánea la formación de pecas. «La luz se filtra de manera gradual por medio de la piel y activa a los melanocitos para hacer que su pigmento sea más oscuro que el de las células vecinas; toma tiempo», comenta.
Conclusión: el daño solar en la infancia aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de la piel después en la vida, así que proteja a su bebé. «Lo más importante es intentar evitar la luz directa del sol a [medio día] y utilizar bloqueadores físicos, como gafas y un gorro», comenta. Aunque la recomendación general es no utilizar bloqueador solar en bebés menores de seis meses, Teng comenta que es seguro utilizar óxido de zinc. «Las pomadas para rozaduras tienen óxido de zinc, y no les decimos a los padres que no utilicen pomadas los primeros seis meses», comenta. «Póngales a los bebés un gorro y una camisa y solo utilice óxido de zinc en las áreas expuestas. Esa cantidad no hará daño a su bebé».
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