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El superhéroe de neonatología en Stanford celebra más de 50 años de atender a los bebés más frágiles del mundo

Ha ayudado a salvar la vida de 30,000 de los bebés más vulnerables del mundo. Ha formado a muchos de los mejores neonatólogos del mundo. Ha sido tanto el autor como el testigo de una explosión de investigación de bebés prematuros y atención a los mismos.

Conozca al Dr. Philip Sunshine, un superhéroe único en el mundo de la neonatología y la prematuridad, aunque tiene más experiencia que la mayoría. Eso es porque tiene 84 años y sigue atendiendo a bebés en Lucile Packard Children’s Hospital Stanford y no da señales de parar.

Sunshine empezó en Stanford en los años 50, en una época en la que la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford se encontraba en San Francisco. Lo que ha logrado este tierno gigante desde entonces no solo forma la narrativa de la atención neonatal del mundo actual, sino que también proporciona un legado a seguir para la medicina moderna.

Por ejemplo, Sunshine es el que descubrió un trastorno metabólico poco común y mortal, es el miembro del equipo que implementó por primera vez ventilación mecánica en Stanford y es el creador de un sistema de puntuación para seleccionar a los bebés que necesitan ventilación asistida. Ha sido el autor de varios trabajos de investigación innovadores y ha recibido innumerables premios, inclusive el prestigioso premio Virginia Apgar en pediatría perinatal de la Academia Estadounidense de Pediatría. La lista de sus logros sigue, y todos son muy profundos, científicos y salvan vidas.

¿Agotado de toda la gloria? No. A este pionero le sigue entusiasmando venir a trabajar —incluso en los días en los que no está de turno— para ver a sus pacientes en el Cunero de atención inmediata Packard y mantenerse en contacto con sus colegas. Cuando no está trabajando, Sunshine, que es gran fanático de Sudoku, se puede encontrar en la cancha de tenis o con su esposa Beth.

«He sido afortunado», comentó Sunshine, un hombre cuyo nombre va con su personalidad. «Crecí en una subespecialidad emocionante, tengo cinco hijos sanos y seis nietos sanos, mi esposa me sigue aguantando y si mi salud se mantiene bien, seguiré trabajando. Mi acuerdo con el jefe de división es que mientras siga haciendo un trabajo excelente, me mantendrá trabajando».

Ese jefe es el Dr. William Benitz, quien tiene una cátedra en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford nombrada en honor a Sunshine. Benitz comentó: «Es uno de los ‘padres fundadores’ de la neonatología y uno de solo un puñado de personas en todo el país que desarrolló un serio interés en el cuidado de bebés en los años 60 y 70.

«Ha capacitado a generaciones de neonatólogos, incluido yo mismo. Sus contribuciones al campo no tienen medida», comentó Benitz.

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Crédito de la fotografía: Stanford Medicine

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