Inusual cirugía de pierna en Lucile Packard Children’s Hospital Stanford no detiene a campeón de luchas

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*¿La cicatriz en su pierna? Le dice a la gente que “fue mordido por un tiburón”.
* Ahora está listo para la temporada de lucha en noviembre

El joven de dieciséis años de edad Alexis Santana de San José, California, pierde dos músculos principales del cuerpo, uno de la espalda y el otro de la pierna. Pero eso no pareció importarle cuando ganó el campeonato estatal de luchas de California el año pasado o cuando llevó el equipo de su escuela secundaria al campeonato de la liga en 2014.

De hecho, Alexis cree que la pérdida de sus músculos, extraídos quirúrgicamente en el Lucile Packard Children’s Hospital Stanford en 2009, puede más bien haberle ayudado a convertirse en un luchador más poderoso.

“Después de que concluyó la cirugía, estaba más decidido que nunca a ser mejor en las luchas”, expresó Alexis.

En sus primeros años, los padres y médicos de Alexis no estaban muy preocupados por una marca de nacimiento inusual que tenía en la pierna izquierda. A medida que crecía, sin embargo, también lo hacía la marca de nacimiento, que su madre dijo comenzaba a parecerse a un pequeño bulbo de coliflor levantado.

santana-verrucous-hemangioma-stanford-childrensLos médicos inicialmente intentaron removerla con tratamientos de láser y cirugía local. Después de cada tratamiento, el crecimiento, que a la larga fue diagnosticado como un hemangioma verrugoso, una rara malformación vascular, no solamente no se desaparecía sino que crecía aún más y se tornaba más feo.

Para los 11 años de edad, el tumor que le desfiguraba la pierna se extendía desde la base de la rodilla izquierda hasta la parte inferior de la pierna y en la parte más profunda de los músculos y el tejido conectivo. Fue entonces que Alexis y sus padres se reunieron con el Dr. Rohit Khosla, un cirujano plástico del Lucile Packard Children’s Hospital Stanford y el Stanford Medicine Children’s Health.

“Era grande y se estaba expandiendo”, dice el Dr. Khosla, quien es también un profesor asistente de cirugía plástica y reconstructiva en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford. “Necesitábamos conseguir un tratamiento más definitivo”.

El Dr. Khosla planificó una operación prolongada y compleja que se realizó en dos partes. Primero, el Dr. Khosla extrajo todo el tejido, piel, músculo y periostio anormal (cubierta fibrosa del hueso) de la pierna de Alexis. Una vez que se había eliminado el área lesionada, en la parte baja de la pierna quedó un gran hueco que permitía ver el hueso. El Dr. Khosla rellenó el hueco tomando una gran porción del músculo latissimus dorsi de la espalda, y la transfirió dentro de la pierna. El cambio de ese músculo a otra parte del cuerpo se realiza a menudo en adultos cuando es necesario, pero rara vez se realiza en niños, explica el Dr. Khosla.

“Dado el tamaño del área involucrada, necesitábamos bastante masa muscular, así que usamos el latissimus dorsi”, añadió. “Un lado de su espalda quedó desprovisto de este músculo. El latissimus dorsi es importante en términos de movimiento de la parte superior del brazo y el hombro, pero sabemos que las personas de hecho funcionan muy bien sin él”.

Aunque el latissimus dorsi, que se usa en actividades tales como dominadas, escalada y remo, reemplazó el músculo lesionado de la pierna y el tejido circundante, una vez retirado de la espalda, ya no tendría su función de músculo.

“Fue realmente una cirugía difícil”, dijo Gerardo Santana, el padre de Alexis. “Tenía una herida de un pie de largo en la espalda y otra en la pierna. Tenía que recostarse de lado. No se podía mover”.

La rehabilitación comenzó lentamente. Para evitar coágulos de sangre en el músculo transferido, Alexis fue confinado a una silla de ruedas por un par de meses. Con la ayuda de las enfermeras del hospital, los terapeutas físicos y su familia, fue entrenando lentamente el músculo recién transferido para controlar el flujo de sangre y los efectos de gravedad en la circulación dentro del tejido. ¿Su método? Dejar la pierna colgar desde el borde de la cama.

El Dr. Khosla dice que siempre esperó que Alexis volviera a recuperar la función completa de la pierna y la espalda, pero lo que nunca imaginó era que se convertiría en campeón de luchas. Alexis tiene incluso expectativas más grandes. Ahora, que es campeón juvenil en la secundaria, espera ganar una beca en luchas en MIT después de su graduación en 2016.

“Yo había esperado que él llevara una vida productiva y funcional; sin embargo, está logrando metas aún mayores”, añade el Dr. Khosla. “Es increíble verlo. Es muy fuerte. Realmente es un campeón”.

El único vestigio del tumor antiestético que alguna tuvo es una cicatriz de un pie de largo. Al principio Alexis se sentía avergonzado por la marca, y la vendaba cuidadosamente durante los encuentros de lucha para esconderla. Pero a medida que recobraba la fuerza y el equilibrio, su confianza también comenzó a regresar.

“Un día dijo, ‘No me importa lo que digan de mí, soy quien soy y no voy a cubrirla más”, recuerda su padre, Gerardo Santana. “Ahora cuando la gente le pregunta qué le ocurrió, solo les dice que fue mordido por un tiburón”.

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